Publicamos una nueva
entrada en nuestro blog. Su autora, Ángela Hernández Donoso, matrona, nos relata, rebosante de emoción, lo que, para nosotros, es un hecho que no tiene parangón: traer una vida al mundo.
Relato de una Matrona
Trabajo siempre de eventual
y ando de aquí para allá. Pero este año me ha tocado trabajar la
Nochevieja en el paritorio de Badajoz, una experiencia para recordarla, primero
porque mis andares en el camino de la obstetricia-ginecología comenzaron en Badajoz y guardo entrañables y maravillosos
recuerdos. Ese día tan especial estaba con compañeras especiales, pero también
nos acompañaba una gestante que se
encontraba en proceso de parto.
Recuerdo que, entre contracción y
contracción, le explicaba que antes de
ponerse la epidural era aconsejable que realizara las respiraciones aprendidas
en educación maternal, pero que con sus nervios, propios del proceso, no se acordaba y ahí
estábamos las matronas para refrescarle
la memoria, dándole el apoyo que ella necesitaba en ese momento.
Después de puesta la epidural , tardó
baste tiempo en hacer el efecto deseado.
Más tarde, nació el primer niño de Badajoz, Luis y fue un momento lleno de alegría, emoción y
amor.
Pasado unos días esta gestante
reconoció la labor realizada por el equipo del paritorio de Badajoz dando las gracias y recordando cada momento
vivido.
Para ella era un sueño tener a su
hijo en brazos y pasar esa noche mágica con personas desconocidas pero tan
cercanas que fuimos capaces de ser momentáneamente su familia. Conseguimos
transmitir ese espíritu de nueva llegada de año convirtiendo el acontecimiento
del nacimiento de Luis como único e irrepetible.
La verdad, cada nacimiento es único e
irrepetible pero si, además, le sumamos el nacer en una noche mágica pues…la
combinación perfecta para que la emoción sea enorme.
Nos daba las gracias a cada uno del
equipo de guardia de ese día, por nuestra vocación y amor hacia nuestro trabajo, por el trato que
recibió la Nochevieja del 2014.
También daba las gracias por no
haberse sentido sola en ningún momento a pesar de ser Nochevieja, por estar
atentos a ella en cada momento, para que estuviera lo mejor posible, por esos
ánimos en cada contracción para que fueran más llevaderas.
La carta acaba con un brindis por ese
equipo de profesionales, y diciendo que cada Nochevieja nos tendrá en su mente
y será especial para ella.
Estas palabras no tienen precio,
porque aunque sepamos que estamos realizando nuestro trabajo y que además
cobramos por ello, no hay mejor recompensa que las palabras de agradecimiento
expresadas y nacidas del corazón. No hay oro en el mundo que pueda pagar la
alegría y la emoción sentida mientras se lee una carta de agradecimiento.
“Estoy absolutamente convencido de
que ninguna riqueza del mundo puede ayudar a que progrese la humanidad. El
mundo necesita paz permanente y buena voluntad perdurable”
Albert Einstein 1879-1955
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