PRÓXIMO EVENTO

EL PRÓXIMO SÁBADO 14 DE MARZO EL ILTRE. COLEGIO OFICIAL DE ENFERMEROS DE BADAJOZ, DENTRO DE SU SEMINARIO PERMANENTE DE HUMANIZACIÓN ORGANIZA UN TALLER QUE LLEVA POR TÍTULO "TESTIMONIOS DE VIDA", EN EL QUE CONTARÁ CON LA PARTICIPACIÓN DE PERSONAL ENFERMERO Y BOMBERO Y CON DOS PACIENTES A LOS QUE AQUELLOS COLECTIVOS HAYAN SALVADO LA VIDA

LA MEMORIA HUMANIZADORA DE UN ENFERMERO

Buenas tardes a todos!!!!


Fieles al grato compromiso adquirido con vds. de publicar las opiniones y experiencias en cuestiones de humanización en el ámbito sanitario que nos dirijan a nuestra dirección de correo (coenfebahumaniza@gmail.com), tenemos el inmenso placer de reproducir un correo electrónico que nos ha remitido Israel Coronado, Enfermero de profesión y, sin duda, de vocación. Su correo dice así:

“Hola amigos. Soy enfermero, y os envío esta reflexión sobre el trato a pacientes que vemos durante las prácticas. No se si os resultará interesante. Un abrazo.

Mis últimas prácticas durante la carrera las hice en una planta de medicina interna. El último día, cuando nos despedíamos de nuestros tutores y del equipo que nos había enseñado, una de las enfermeras me dijo: “A canalizar vías se aprende, y mejor o peor, se hace. También a poner una sonda, o a localizar una arteria; que no te preocupe eso. Sin embargo, ser buena persona requiere del aprendizaje diario. Y cuesta serlo a veces. Pero si lo eres, serás un gran enfermero. Aunque pinches tres veces para sacar sangre”. Jamás, nunca jamás, se me olvidarán esas palabras. Porque lo que más le importa a un chico de 21 años que termina Enfermería es coger una vía a la primera, pinchar una arteria a la primera, poner una sonda y que la técnica sea suave y acertada... Sin embargo, nadie nos enseña a escuchar, a valorar el estado anímico de un paciente para que nuestra actuación se adecúe al mismo; a que nadie es una fiebre, o un hígado, o una pierna rota, o un 225 derecha, o el de la saturación que no sube del 92%. Nadie nos enseña que detrás de una persona que está en una habitación de hospital hay preocupación, hay miedo, hay inseguridad.

Me queda mucho por aprender, y muchos de los que aprender. Pero presentarse al paciente, hacerle saber que estás ahí para ayudarle, que no dude en preguntar cualquier cosa, por tonta que le parezca, son acciones que no requieren esfuerzo ni dinero y que ayudan no solo a reforzar el vínculo profesional y de confianza mutua, sino que humanizan un sistema que ha apostado por la superespecialización técnica, pero parece que se ha olvidado de lo esencial: que son humanos los que lo hacen posible”.

2 comentarios:

  1. Nuestra respuesta a Israel

    Hola Israel

    Gracias por compartir con nosotros tu experiencia y tu opinión, que valoramos enormemente porque nos parece muy enriquecedora, porque refleja fielmente la realidad y porque nos ilusiona comprobar la fuerza de los mensajes humanizadores, que quedan grabados en nuestra memoria desde que empezamos a ejercer.
    Si nos autorizas, publicamos tu comentario como una nueva entrada en el blog como anónimo o con tu nombre. Como tú nos indiques.

    Y estamos de acuerdo contigo. Profesionales sanitarios preparados, formados, con dilatadas carreras y que se dedican en cuerpo y alma a su trabajo hay, por suerte para los ciudadanos, muchos. Eso, entre otras razones, explica la calidad de nuestro Sistema Sanitario. 
    Cuestión distinta es la relación con las personas, con los pacientes. Atesorar conocimientos y experiencias no garantiza un trato humanizado. 

    Puede parecer extraño que profesionales -no sólo sanitarios- que han pasado por infinidad de situaciones no sepan comunicarse (relacionarse) con los demás. Pero, por una parte, cada uno de nosotros "absorbe" sus experiencias, las interpreta e interioriza de una forma concreta, particular; y, por otra, quizás no sentimos la necesidad de formarnos en comunicación, porque creemos que esa tarea comunicativa no entraña ninguna dificultad o consideramos
    que no es importante. 

    Podemos comprender el sufrimiento, el miedo, la intranquilidad de los pacientes y sus familias. Casi todos afirmaremos que somos sensibles ante el dolor ajeno y que sabemos acercarnos y responder no sólo como profesionales sino también como personas. Pero lo cierto es que no es así. 
    El trato profesional es fundamental, pero no implica necesariamente un correcto tacto personal, humano. 
    Evidentemente, todo paciente agradecerá un diagnóstico acertado que permita afrontar su padecimiento, o recibir una asistencia o unos cuidados impecables. Pero esa atencion será prestada por los profesionales sanitarios casi de forma automatizada porque es su trabajo, porque saben lo que hacen, porque son profesionales. 
    Sin embargo, quien tiene que acudir a un centro sanitario o permancer ingresado alberga un miedo no sólo a la enfermedad sino al mundo poco o nada conocido en el que se adentra. Y eso acrecienta su temor, su inseguridad, lo que sumado a su debilidad física le provoca un boom de emociones que el profesional debe saber gestionar. La enfermedad se trata, con o sin éxito, y de ello se ocupan y preocupan médicos, enfermeros, etc. Pero el miedo del paciente a su nueva circunstancia a veces se obvia. Y ese miedo a lo desconocido potencia su debilidad.
    Es en esa labor de gestión de las emociones donde las habilidades en comunicación deberían entrar en juego. 
    Ser buenos profesionales y bellas personas sin duda ayuda a conducirnos con humanidad, pero consideramos que aprender a comunicarnos es también esencial en el ámbito sanitario.

    Muchas gracias Israel!!! Te animamos a seguir participando!! 
    Este Blog también te pertenece a ti.
    Recibe un cordial saludo!! 

    ResponderEliminar
  2. Pues me ha encantado tu post Israel. El sistema sin las personas en el centro (pacientes, familias y profesionales) NO ES SOSTENIBLE. Algo estamos cambiando a nivel global por la necesidad de mejorar, y por la certeza de que no todo está como debería. Somos muchos los que pensamos así, y estamos cambiando realidades pequeñas a través del cambio personal. Mucha gente normal, haciendo cosas cotidianas, es capaz de cambiar el mundo.
    Un abrazo,

    Gabriel Heras
    Creador de Proyecto HU-CI (www.proyectohuci.com)

    ResponderEliminar